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sábado, 25 de abril de 2015

la vida de Maria de Nazaret


la vida de Maria de Nazaret

¿Cómo luce una mujer piadosa? ¿Cómo pueden nuestras vidas cumplir el propósito eterno PARA el cual Dios nos creó? ¿Cómo podemos llevar “mucho fruto” (Juan 15:5) para Su gloria? Gracias a Dios, Su Palabra nos da la INSTRUCCIÓN que necesitamos, y también nos provee los modelos a imitar – mujeres que ilustran lo que significa andar con Dios y ser usadas por Él.

Aunque estas mujeres vivieron en ambientes muy distintos al nuestro, ellas enfrentaron muchos de los retos que nosotras enfrentamos: ellas eran hijas, esposas y madres; ellas fueron jóvenes, adultas y de edad avanzada; ellas tuvieron que luchar con los misterios de la vida y la muerte, la fe y la duda, el gozo y la tristeza. Mientras estudiamos sus retratos, somos instruidas en los caminos del Señor y encontramos modelos para nuestras propias vidas.

Uno de mis personajes bíblicos favoritos es María de Nazaret. En su vida he encontrado un tesoro de sabiduría PARA mi propio andar con Dios. Su historia ilustra muchas de las características de la clase de mujer que Dios usa para llevar a cabo sus propósitos redentores en nuestro mundo.

El evangelio de Lucas REGISTRA ese momento dramático cuando María se da cuenta por primera vez que Dios tiene un propósito extraordinario para su vida. Mientras el relato se va desarrollando, se nos da un vistazo del carácter y el corazón de esta extraordinaria mujer de Dios.

“ Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: !!Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y AHORA, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Entonces María dijo al ángel: ¿CÓMO será esto? pues no conozco varón.

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elizabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios.

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”

María fue…. UNA MUJER ORDINARIA

No había nada particularmente inusual acerca de María. Ella no se hallaba dentro de una familia adinerada o ilustre. Cuando el ángel se le aparece a esta joven adolescente, ella estaba comprometida para casarse y sin lugar a dudas estaba haciendo lo que hacen las muchachas que están comprometidas – soñando con estar casada con José, con el HOGAR donde vivirían, con la familia que tendrían. No creo que ella estuviera esperando que su vida fuera usada de una forma extraordinaria.

La importancia de la vida de María no estaba basada en ninguna de las cosas que nuestro mundo valora COMO importantes – su trasfondo, belleza física, inteligencia, educación, dones y habilidades naturales. Era su relación con Jesús lo que le dio a María su importancia. No estaríamos leyendo hoy ESTE relato sino fuera por el hecho de que ella estaba relacionada con Jesús. “El Señor es contigo”, le dijo el ángel. Esto fue lo que hizo la diferencia con la vida de esta joven mujer. Y eso es lo que hace la diferencia en nuestras vidas.

No asumas que debes ser extraordinaria PARA ser usada por Dios. No necesitas tener dones, talentos, habilidades o conexiones extraordinarias. Dios se especializa en usar personas ordinarias cuyas limitaciones y debilidades las hacen el perfecto escenario para Su grandeza y Su gloria:

“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (I Co. 1:26-29)

A pesar de cuan ordinarias y poco calificadas seamos, todas nosotras como hijas de Dios podemos andar con Él y ser usadas por Él -no porque seamos importantes en nosotras mismas, sino por nuestra relación con Cristo. Nuestra verdadera identidad no se encuentra en nuestro TRABAJO, compañero, hijo, posición o posesión. Es nuestra conexión con el Señor Jesucristo que le da a nuestras vidas valor y significado y que nos hace útiles en Su Reino.

María fue….UNA MUJER PURA

Aunque ella creció en una comunidad conocida por su corrupción moral, ella era virgen. Sin lugar a dudas, muchas de las amistades de María no se habían conservado puras. PERO cuando Dios estuvo listo para enviar a Su Hijo a este mundo para llevar a cabo Su plan eterno de redención, El escogió plantar la semilla de Su Hijo en un vaso limpio. El seleccionó una mujer que no se hubiera dado a la inmundicia de este mundo, sino que se hubiera guardado para ser usada por Su Señor.

En un mundo que exalta la perversión y que se burla de la pureza, las mujeres de Dios deben estar dispuestas a ir en contra de la corriente—el andar en pureza y enseñarle a sus hijas la importancia y el valor de este compromiso con la virtud PERSONAL y moral.

Quizás tu estas cosechando los beneficios y las bendiciones de una vida comprometida con la pureza personal. Por el otro lado, quizás estés viviendo con un profundo sentido de pérdida o lamento por haber tomado las decisiones equivocadas. Quizás piensas que Dios nunca podrá usarte porque no te has guardado pura. La maravilla de la gracia de Dios es que Él puede, y Él restaura la pureza a aquellos que vienen a Él en contrición y verdadero arrepentimiento. El no puede restaurar la virginidad que tú sacrificaste, pero por Su gracia El puede restaurar la verdadera virtud.

María fue…UNA MUJER INMERECEDORA (indigna)

Dios no escogió ESTA joven mujer porque era digna de el honor de ser la madre de el Salvador. El ángel le dijo:”Salve muy favorecida” v.28. Esa frase pudiera ser traducida “tu que has sido aceptada por gracia”. Si cualquiera de nosotras va a ser aceptada por Dios, será por Su gracia—no por nada que hayamos hecho.

No traigo nada en mis manos

Simplemente a tu cruz me acojo

Desnuda vengo a ti PARA vestirme

Desamparada miro a ti por gracia

Todo es por gracia. Una y otra vez en las Escrituras vemos a Dios escogiendo personas no merecedoras. Dios no miró DESDE los cielos y dijo: ”Veo a una mujer que tiene algo que ofrecerme; creo que la utilizaré”. María no merecía ser usada por Dios; por el contrario, ella se maravilló de la gracia de Dios al escogerla a ella.

En el MOMENTO que dejamos de vernos COMO instrumentos indignos, la realidad es que dejamos de ser útiles en las manos de Dios.

María fue…UNA MUJER ESCOGIDA

Ella fue escogida por Dios PARA una tarea de importancia eterna- dar la vida al de Hijo de Dios. En un sentido Dios nos ha escogido a cada una de nosotras para una tarea similar- para dar vida espiritual. “Ustedes no me escogieron a mi”, Jesús le dijo a sus discípulos:”sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Juan 15:16).

Creo que hay un sentido especial en el que Dios nos creó como mujeres para dar y nutrir la vida. Sea que Él nos de o no hijos físicos, Él quiere que llevemos la vida y la luz de Jesús en este mundo- para reproducirnos espiritualmente, dando a luz Su vida en la vida de otros.

Podemos ver ciertas personas prominentes o con dones inusuales y pensar que han sido especialmente escogidos por Dios. El hecho es que si eres hija de Dios, has sido escogida por Dios para una tarea de suprema importancia- para dar y nutrir la vida espiritual, al llevar la vida del Señor Jesucristo a otros.

Una vez que miras tu vida de esta forma, nunca más tendrás un problema de autoestima. Muchas mujeres hoy en día llevan cicatrices del rechazo de sus padres, esposos, o amigos quienes los han menospreciado. Que gozo es el descubrir que aunque merecíamos ser rechazadas por Dios, hemos sido escogidas para pertenecer a Él y para ser PARTE de Su plan redentor es este universo.

María fue …UNA MUJER LLENA DEL ESPIRITU

Nosotras también debemos ser llenas del Espíritu si queremos cumplir el propósito para el cual Dios nos escogió. Cuando el ángel le dijo a María: “tu vas a tener este niño”, María respondió: ¿CÓMOserá esto? ¡Yo nunca he tenido intimidad con un hombre!” Dios la había escogido para una tarea que humanamente era imposible.

La tarea para la que Dios nos escogió a ti y a mi es igualmente imposible. Podemos compartir el evangelio de Jesucristo con nuestros amigos inconversos pero no podemos darles el arrepentimiento y la fe. Podemos proveer un clima conducente al crecimiento espiritual para nuestros hijos, pero no podemos hacer que tengan un corazón para Dios. Somos totalmente dependientes de Él para producir los frutos que tienen valor eterno.

En respuesta a la expresión de debilidad e insuficiencia, el ángel le prometió la fortaleza y la suficiencia de Dios: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo(en el Antiguo Testamento El Elyon era el Dios Altísimo, creador de los cielos y la tierra) te cubrirá con Su sombra” (v.35).

No PUEDO enumerar la cantidad de conversaciones que he tenido con el Señor que suenan como la de María y su intercambio con el ángel. El Señor me da una tarea, y yo respondo: “Señor, ¿Cómo será esto? Yo no puedo hacerlo. Hay otras personas mas calificadas que yo. No estoy preparada. No estoy lista. Estoy tan cansada. Soy tan débil. No se lo que estoy haciendo.” El sencillamente responde: “Yo sé, por eso te he dado mi Espíritu Santo. El Espíritu Santo te capacitará, y mi poder te cubrirá, a ti y a tu debilidad.”

Nunca olvides que no PUEDES hacer lo que Dios te ha llamado a hacer. No puedes ser la madre de ese niño, amar a tu esposo, cuidar un padre envejecíente, someterte a tu jefe, enseñar en Escuela Dominical o dirigir un pequeño estudio bíblico.

Dios se especializa en lo imposible, para que cuando se alcance la victoria y la tarea sea completada, no podamos llevarnos ningún CRÉDITO.

Los demás saben que no fuimos nosotras, y nosotras sabemos que no lo hicimos nosotras. Siempre debemos recordar que SOLO podremos vivir la vida cristiana y servir a Dios a través del poder de Su Espíritu Santo. Tan pronto pensamos que podemos manejarnos por nosotras mismas, nos hacemos inútiles para Él. Debemos estar dispuestas a quitarnos del medio, dejar que Dios se haga cargo, y que Él nos cubra con Su sombra.

María fue…UNA MUJER DISPUESTA

Equipada con las promesas de Dios, la respuesta de María fue simple: “he aquí la sierva del Señor…hágase conmigo conforme a tu palabra” (v.38) En otras palabras: “Señor, estoy dispuesta. Tú eres mi Señor; yo soy tu sierva. Estoy dispuesta a ser usada COMO tú escojas. Mi cuerpo es tuyo; mi vientre es tuyo; mi vida es tuya”.

En ese acto de rendición, María se ofreció a si misma a Dios como un sacrificio vivo. Ella estaba dispuesta a ser usada por Dios para Sus propósitos—dispuesta a sufrir la pérdida de su reputación ya que de cierto era lo que seguía después que la gente se enterara que ella tenia un niño, dispuesta a sufrir el ridículo y aun la posibilidad de ser apedreada que era permitido por la ley mosaica, dispuesta a ir por NUEVE meses de creciente incomodidad y de falta de sueño, dispuesta a sufrir dolores de parto para dar a luz a ese Niño. María estuvo dispuesta a ceder sus propios planes y agenda, y unir brazos con Dios para llevar a cabo Su agenda.

Esa fue la actitud del corazón de una joven mujer llamada Betty Stam, quien junto a su esposo, John fueron a China de misioneros. En 1934, a la edad de 27 y 28, fueron martirizados en manos de los comunistas. La siguiente oración, escrita nueve años antes, explica porque ella estuvo dispuesta a hacer ESTE último sacrificio:

“Señor, te rindo mis propósitos y mis planes, todos mis deseos, esperanzas y ambiciones…y acepto tu voluntad para mi vida. Me doy a ti, mi vida, mi todo, enteramente a ti para ser tuya para siempre…cumple tu propósito y toda tu voluntad en mi vida, a cualquier costo, AHORA y para siempre.”

Este debe ser el clamor del corazón de toda mujer de Dios. “Yo soy tu sierva, yo estoy dispuesta. ¿Tú quieres que me case? Estonces me casare. ¿Tú quieres que sea soltera? Entonces seré soltera. ¿Tu quieres que tenga niños? Criare niños para tu gloria. ¿Quieres que no tenga hijos? Entonces me reproduciré en frutos espirituales en las vidas de otros. ¿Quieres que viva en una pequeña y apretada casa? ¿Quieres que sufra con una aflicción física? ¿Quieres que enseñe en el HOGAR a mis hijos? ¿Quieres que ame y sirva a este esposo con quien resulta tan difícil convivir? ¿Quieres que tome esa joven mujer bajo mis alas y la discípule en tus caminos? ¿Quieres que tome mi tiempo libre para enseñar a ese niño que viene de un hogar destrozado? ¿Quieres que le lleve el almuerzo a ese vecino peleón que esta enfermo? Señor, lo que Tí quieras. Yo soy tu sierva. Hágase conmigo conforme a Tu Palabra.

María fue…UNA MUJER CREYENTE

Luego de su encuentro con el ángel, María fue a visitar a su prima Elizabet. Elizabet reconoció en esta joven mujer una respuesta de fe a la Palabra de Dios: “Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de PARTE del Señor” (v.45). María tomó a Dios por Su Palabra. Ella ejerció fe en su habilidad de cumplir Su promesa. Fue esa fe en Dios y en Su Palabra que ACTIVÓel poder y la bendición de Dios en su vida. Como resultado Dios llevó a cabo Su promesa y el Salvador nació.

Hace años el Dr. Adrian Rogers retó a un gran NUMERO de personas con estas palabras: “No tenemos derecho a ser creídos tanto como podamos ser explicados”. La mayor parte de nuestras vidas son tan explicables porque descansamos en lo natural, el esfuerzo y la energía humana, habilidades y planes, programas y métodos. ¿Qué sucedería si el pueblo de Dios creyera Sus promesas y se aferrara a Él en oración, creyendo lo imposible—la reconciliación de hogares rotos, la salvación de parientes y amigos inconversos, la transformación de hijos descarriados, por un derramamiento de Su Espíritu en un genuino avivamiento? Quizás contemplaríamos a Dios desplegar desde los cielos el mayor despertar que nuestros mundo ha conocido.

María fue …UNA MUJER DE ALABANZA

Cuando Dios nos enfrenta con circunstancias retadoras en nuestras vidas, nosotras o adoramos o nos quejamos. Estoy avergonzada por decir que he tenido mi cuota de lamento—aun sobre el ministerio. “Oh Señor, estoy cansada de VIAJAR. ¿Tengo que ir a este lugar? ¡Esto es tan duro! ¿Por qué tengo que tratar con esa persona? Recuerdo los hijos de Israel en el desierto que murmuraron incesantemente. “Si Dios nos hubiera dejado morir en el desierto”, murmuraban. Un día, finalmente, Dios les dijo, en esencia: “?ustedes quieren morir en el desierto? ¡Esta bien, morirán en el desierto!” (Ver Números 14:2,28-30). Ten cuidado con lo que dices cuando murmuras- quizás Dios te tome la palabra.

Pero cuando el mundo de María se viró boca arriba, cuando ella se vió enfrentada con un cambio drástico de planes, ella respondió en alabanza y adoración. “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador” (vv.46-47). Así comienza su Magnificat- uno de los himnos de alabanza más gloriosos que haya ascendido a los cielos. Ella adoró a Dios por sus hechos portentosos, por Su misericordia, y por escogerla para ser parte de Su gran plan redentor.

María fue…UNA MUJER DE LA PALABRA

Su oración en Lucas 1:46-55 incluye por lo menos doce citas de las Escrituras del Antiguo Testamento. En aquellos días las mujeres no tenían una educación formal; María probablemente no sabia leer o escribir (analfabeta). Pero ella había escuchado la Palabra de Dios leída y la había guardado en su corazón. Su vida y sus oraciones estaban llenas de la Escritura.

UNA de nuestras mayores necesidades COMO mujeres es el convertirnos en mujeres de La Palabra, PARA que nuestras oraciones, nuestras respuestas y nuestras palabras estén saturadas con la FORMA de pensar de Dios. El mundo no necesita oír nuestras opiniones. Cuando nuestros amigos se acercan a nosotras por consejo sobre como tratar con sus hijos, sus jefes, sus finanzas, sus temores, sus depresiones, u otros asuntos, ellos no necesitan escuchar lo que nosotras pensamos. Debemos ser capaces de llevarlos a la Palabra y decirles: “Yo no tengo las respuestas que tu necesitas, pero conozco a alguien que las tiene. Mira aquí lo que la Palabra de Dios tiene que decir de tu situación”.

Dios no quiere que los pastores sean los únicos que le señalen a las personas HACIA la Palabra. Cada uno de nosotros debe poder tomar la Palabra y usarla efectivamente, no solo en nuestra adoración y nuestro andar, sino también en ministrar a las necesidades de los demás. Si vamos a ser mujeres de la Palabra, debemos hacer una prioridad el pasar tiempo diario en la Escritura- leerla, estudiarla, memorizarla, meditarla, personalizarla, y orar con ella a Dios—dejando que El nos enseñe Sus caminos.

María fue… UNA MUJER REFLEXIVA

Luego del nacimiento del Señor Jesucristo, se nos dice que “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lucas 2:19). Doce años después, después que José y María encontraron a Jesús hablando con los maestros en el templo, una vez mas se nos dice que ella “guardaba todas estas cosas en su corazón”(v.51). Dos palabras distintas se usan en el griego para traducir “guardaba” ambas significan “guardar cuidadosamente; preservar, mantener a salvo, seguro y cerca”. En medio de todas las responsabilidades de ser esposa y madre, María tomó tiempo para contemplar lo que estaba sucediendo en su vida y meditaba en lo que Dios había hecho.

Nuestra cultura agitada, turbada y con prisa puede ser adictiva e intoxicante. Muchas de nosotras nos hayamos cediendo a la tentación de llenar cada momento despierto de nuestras vidas con ruido y ACTIVIDAD. Vamos en el carro y encendemos la radio; caminamos por la casa y encendemos la televisión o la computadora o tomamos el teléfono. E-mails, correo de voz, teléfonos celulares, música, los medios de comunicación nos amenazan con llenar cada pequeño espacio disponible y dejarnos emocional y espiritualmente vacíos y superficiales.

Si vamos a ser instrumentos de Su gracia que reflejan Su luz en la oscuridad a nuestro alrededor, debemos tomar tiempo para quietud, para estar calladas—para ponderar y reflexionar en quien es Dios y lo que Él ESTA haciendo alrededor y en nosotras.

María fue…UNA MUJER HUMILDE

Muy poco se nos dice de esta mujer después del nacimiento de Jesús. Aparentemente ella estaba contenta con ser identificada como la madre de Jesús. Ella estaba satisfecha con estar tras bastidores, no muy conocida ella misma, sino haciéndolo a Él conocido. El mensajero angélico le había dicho de su hijo: “El será grande” (Lucas 1:32).

María no se vio a si misma COMO merecedora del FAVOR de Dios: “porque ha mirado la bajeza de su sierva” (v.48). En otras palabras, “? Quien soy yo para que Él me mire y me conceda su favor?” Ella tenia el espíritu de Juan el Bautista que dijo: “es necesario que el crezca y que yo mengue” (Juan3:30). He aquí UNA mujer que supo que no se trataba de ella sino de Él.

Las mujeres hoy no reciben muchos aplausos por ser esposas y madres, por fielmente amar y cuidar de sus esposos y sus hijos. Hay una enorme presión de “hacer algo que realmente valga la pena”, el tener nuestra propia identidad. Aun aparte de la presión de la cultura, nuestros corazones anhelan el reconocimiento y el aprecio por los sacrificios que hacemos. La mujer que Dios usa es una mujer humilde; ella sigue los pasos del Señor Jesucristo “quien se humilló a si mismo tomando FORMA de siervo” (Fil.2:7)

María fue…UNA MUJER QUE CONFIABA

Ella confió que Dios era mas grande y mas poderoso que sus circunstancias. Su corazón confiado se puede ver en el primer capítulo de Mateo después del encuentro que le transformó la vida con el ángel. José, su esposo prometido, no había ni visto ni oído el ángel. Cuando María le explicó lo que había sucedido, aparentemente él no le creyó. Pero María supo poner su confianza en Dios y estuvo dispuesta a esperar que Él actuara. Ella no presionó a su esposo a creer lo que ella sabia que Dios le había dicho; en lugar de eso, ella le dio a Dios el tiempo de hablarle a su esposo y TRABAJAR en su corazón.

Algunas veces nosotras como mujeres somos sensibles en percibir una verdad o realidad espiritual antes que los hombres en nuestras vidas lo hagan. La tendencia natural en este punto es pensar que tenemos que convencerlos de lo que es correcto o de la importancia de la luz que hemos recibido.

María no tenia ese espíritu. Ella no trató de probar nada. Ella no sintió que era su responsabilidad convencer a José. Ella no manipuló o controló. Ella simplemente esperó en el Señor y confió que El llevaría a cabo Sus propósitos. Y en Su tiempo Dios envió un ángel a revelarle a José lo que él necesitaba saber.

Quizás tu estés cansada de esperar que Dios le hable a tu esposo- o a tu pastor u otra autoridad espiritual. No trates de tomar las cosas en tus manos. Espera en el Señor. Confía en El. El llevará a cabo Su propósito en Su tiempo y a Su manera.

María fue…UNA MUJER SUMISA

Ya hemos visto su sumisión a Dios cuando ella dijo: “he aquí la sierva del Señor. Estoy dispuesta”. Ella abrazó la voluntad de Dios aunque era completamente diferente de cualquier cosa que ella hubiera planeado PARA su vida. María también demostró su sumisión a Dios a través de su sumisión a su esposo. Después del primer encuentro de María con el ángel, Dios envió la dirección para ella y su familia a través de su esposo—y ella le dejo guiar. Para proteger Su Hijo de la ira de Herodes, Dios le dijo a José que tomara su familia y huyera a Egipto. (¡Después de lo que María había visto y experimentado, podría parecer que fuera difícil dejarse guiar por un simple mortal!) Después que Herodes muere, Dios le dijo a José que regresara a Nazaret. En la medida que Dios mostraba Su voluntad José guiaba a su familia, y su familia le seguía.

Es fácil para mujeres que son sensibles al Señor, involucradas en estudios bíblicos, creciendo espiritualmente, y aun enseñando la Palabra de Dios a otros el sentir que están mas cualificadas para guiar que sus maridos y aun que sus pastores. Cuando comunicamos ESTE sentido de superioridad espiritual, le robamos a los hombres la motivación de llevar a cabo su llamado de proveer liderazgo espiritual para sus familias y para la familia de Dios. Si nosotras COMO mujeres queremos llevar a cabo los propósitos de Dios para nuestras vidas debemos estar dispuestas a renunciar al control y dejar que Dios guíe a través de los hombres que El ha colocado en las posiciones de autoridad.

María fue…UNA MUJER DE INFLUENCIA

En el evangelio de Juan encontramos el RELATO de Jesús en las bodas de Caná. Cuando se enfrentaron a la falta del vino, María envió los criados a Jesús: “Hagan lo que el les diga”(2:5). Ella uso su influencia para dirigir a otros a Jesús y para alentarlos a obedecerlo y seguirlo.

Cuando nuestros amigos o familiares vienen a nosotras con problemas, nuestro papel no es resolverles los problemas, sino dirigirles a Jesús y animarlos a hacer “todo lo que Él les dijere”.

María aparentemente fue influyente en guiar a sus otros hijos a seguir a Jesús. Durante su ministerio terrenal, los medio hermanos de Jesús no creían en Él (ver Juan 7:5). Sin embargo, para el tiempo en que la iglesia primitiva nació, se habían convertido en creyentes (Hechos 1:14); dos de ellos- Judas y Santiago- escribieron los libros de Nuevo Testamento que llevan sus NOMBRES. Creo que María fue UNA de las influencias claves para traerlos a la fe en Jesús.

María fue…UNA MUJER DE ORACION

Ella entendió no solo la importancia de la oración privada, sino de la oración corporativa. Después de la ascensión de Jesús a los cielos, 120 creyentes se reunieron en el aposento alto por cuarenta días, esperando que Dios enviara la promesa de su Espíritu Santo. María estuvo ENTRE aquellos “que perseveraban unánimes en oración y ruego”. (Hechos 1:14)

Uno de los mayores roles en el que Dios ha usado las mujeres COMO instrumentos de avivamiento es este asunto de la oración. En 1949-1951 Dios uso dos hermanas ancianas, Peggy y Cristina Smith, en el avivamiento Lewis en Escocia. Ambas mujeres estaban en sus ochenta. Peggy era ciega, y Cristina estaba paralítica por la artritis. Ni siquiera podían salir de su pequeña casa para adorar en la iglesia del pueblo. Pero ellas sabían como orar. Dios uso sus oraciones para sembrar las semillas del anhelo en los corazones de hombres que entonces comenzaron a orar por un avivamiento. Dios envió un gran despertar espiritual en respuesta a las oraciones fervientes de estas dos mujeres ocultas.

Mi propia vida, en alguna medida, es el fruto de las oraciones de mi bisabuela que nunca conocí. En la medida en que leo reportes de violencia y perversión en nuestra cultura, y mientras recibo cartas de mujeres cuyos esposos e hijos se encuentran lejos de Dios, mientras contemplo la CONDICIÓN de decadencia de muchas iglesias y hogares evangélicos , me pregunto, ¿Dónde están las mujeres que oran? ¿Dónde están las esposas, madres, abuelas, hermanas, hijas que están llevando estas cargas sobre sus rodillas y clamando a Dios por misericordia y su intervención divina? María fue…UNA MUJER DEVOTA

Ella siguió a Jesús durante su ministerio terrenal, aun cuando otros le rechazaron o le dieron la espalda. Ella fue una de las pocas que le siguió todo el tiempo hasta la cruz. Cuando otros huyeron por sus vidas, ella permaneció una seguidora fiel de Jesús, a pesar del riesgo o el peligro PERSONAL.

Como en los días de Jesús, hoy muchos que se llaman discípulos siguen a Jesús mientras no les cueste mucho, mientras sus familias y amigos también lo siguen, o mientras sus necesidades sean satisfechas y el seguirlo sea gratificante y excitante. Ellos están dispuestos a obedecer la Palabra cuando los caminos de Dios parecen “funcionar”. Pero pocos están dispuestos a seguirle cuando significa una cruz-cuando los resultados no son los esperados, cuando tienen que vivir con aquellos que se oponen a Él, o cuando no vemos el final del sacrificio o del sufrimiento que debemos soportar.

María fue…UNA MUJER AMADA

Ella no solo amaba a su Hijo—ella fue muy amada por el Señor Jesucristo. En los MOMENTOSfinales de Su vida, Él se aseguro que esta viuda y afligida madre iba a ser cuidada adecuadamente y que sus necesidades iban a ser satisfechas. Él proveyó los medios de gracia para ella dentro del contexto de la familia de Dios. Ella aceptó Su amor y Su provisión para sus necesidades.

Mientras VIAJO y ministro a través del país, encuentro tantas mujeres cristianas que no se sienten amadas o que se hayan emocionalmente necesitadas. Cuando ellas buscan llenar su vacío emocional en las cosas y las personas de esta tierra, invariablemente terminan vacías y desilusionadas. Nadie ni nada puede llenar un vacío que tiene el tamaño de Dios. Pero en el Señor Jesucristo, tenemos a Uno que nos conoce y nos comprende, que nos ama fervientemente, y que cuida de nosotras y ha provisto para nuestras necesidades. El apóstol Pablo se maravilló ante el increíble amor de Cristo:

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... ANTES, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Rom.8:35-39)

La pregunta es, ¿creeremos Su promesa? ¿Dejaremos que Él nos ame? ¿Recibiremos Su provisión?

María fue…UNA MUJER HERIDA

Ocho días después que Jesús nació, María y José llevaron el bebé al templo (Lucas 2:21-35). Simeón, quien había ESTADO esperando la aparición del Mesías, tomó el niño-Cristo en sus brazos y le bendijo. Simeón hablo de COMO el niño seria por señal de quien se hablaría en su contra-prefigurando la cruz y el sufrimiento que le esperaba. Entonces Simeón miro a María y hablo palabras que ella no entendería completamente hasta hallarse debajo de la cruz de su Hijo treinta y tres años mas tarde. Seguramente ella recordoó ese dia las palabras de Simeón: “una espada traspasara tu alma” (v.35).

Allí en el calvario creo que una espada traspaso el corazón de María en mas de una FORMA. Primero como madre, ella estaba perdiendo su hijo. Ella estaba renunciando a Su vida. Aunque Él puso su vida, ella dio a su hijo para la salvación y la redención del mundo.

Madres, ¿has renunciado a tus hijos por la causa de Cristo y de Su reino? Cuan triste es en ocasiones ver padres cristianos oponerse en el camino cuando sus hijos quieren darles sus vidas por la causa de Cristo. Y Cuanto gozo es ver padres que renuncian a sus hijos por la voluntad de Dios. Recuerdo cuando una querida esposa de pastor, amiga mía, le dijo adiós a una de sus hijas, junto a su yerno y dos nietos, mientras se iban a ser misioneros en Cambodia. Justo antes de PARTIR le pregunte a mi amiga: “?No es esto duro para ti?”. Ella contesto: “ Oh, Nancy, no puedo pensar en nada mas maravilloso que tener un hijo que quiera poner su vida por la causa de llevar el evangelio por el mundo. Si es duro. No los veremos mucho en este mundo, pero hay una gran eternidad después de esta vida”. Mi amiga, como María de Nazaret, estuvo dispuesta a llevar las heridas de renunciar a su hija por los propósitos redentores de Dios.

Otra herida traspasó el corazón de María—esta mas profunda que la anterior. Ella sabía que su hijo estaba muriendo no solo por los pecados del mundo, sino por los de ella. Aun antes de El nacer, ella lo había reconocido como “Dios mi salvador” (Lucas 1:47). Tan buena como era, no lo era lo suficiente como para ganar el cielo por si misma. Como es cierto de cada una de nosotras, ella tenia que poner su fe en el Hijo de Dios crucificado que murió en su lugar. Mientras ella estuvo bajo la cruz, quizás ella recordó las palabras de Isaías:

“Mas él herido fue por [mis] rebeliones, molido por [mis] pecados; el castigo de [mi] paz fue sobre él, y por su llaga fui curada. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”

María fue una mujer herida—herida no solo por su sufrimiento, sino por su pecado. Mientra contemplaba a su Hijo crucificado, ella supo que Él estaba llevando sus heridas sobre si mismo. Y mientras creía, ella fue sanada y limpiada de su pecado. Tres días mas tarde ella supo que Él había conquistado la muerte y estaba vivo, y sabiendo que ella estaba completa en su muerte, ella se unió a los demás discípulos en llevar las Buenas NUEVAS de Su redención a un mundo herido y pecador, para que ellos conozcan también Su salvación. Por mas de 2,000 años su vida ha provisto un retrato de piedad para mujeres que como María, anhelan ser usadas por Dios.

Haciéndolo PERSONAL

Mientras repasas las cualidades que hemos visto de la vida de Maria de Nazaret, toma tiempo en ponderar las siguientes preguntas y pídele al Espiritu Santo que te haga la clase de mujer que Él PUEDE usar para llevar a cabo Sus propositos redentores en tu mundo.

Una mujer ordinaria: ¿Qué es lo que le da significado a mi vida? ¿Creo yo que Dios puede usar mi vida para hacer una diferencia en el mundo?

Una mujer pura: ¿Soy yo una mujer pura? ¿En mi conducta? ¿En mis relaciones? ¿Soy pura en lo que veo, leo o escucho? ¿En la forma en que me visto? ¿Son mis motivaciones puras? ¿Mis pensamientos? ¿Mis HÁBITOS privados? Una mujer inmerecedora: ¿Estoy yo conciente de que lo que es bueno o útil en mi vida es el resultado de su gracia inmerecida derramada sobre mi?

Una mujer escogida: ¿Estoy conciente de haber sido escogida por Dios PARA llevar a cabo un propósito especifico en mi generación? Una mujer llena del Espíritu: ¿Dependo yo del poder del Espiritu Santo para ser o hacer aquello para lo que Dios me ha escogido? ¿Estoy buscando una llenura diaria y fresca de Su Santo Espiritu en mi vida? Una mujer dispuesta: ¿Estoy yo totalmente dispuesta para Dios en cualquier propósito que Él quiera llevar a cabo en mi vida? ¿Estoy dispuesta a que Él me use a cualquier PRECIO? Una mujer creyente: ¿Estoy ejerciendo fe en las promesas de Dios? ¿Le creo yo a Dios en aquello que es imposible sin Su Poder? ¿Cómo demuestra mi vida fe en el poder de Dios? ¿Qué hay en mi vida que no PUEDA se explicado separado de Dios? Una mujer que alaba: ¿Está mi vida caracterizada por un espiritu de alabanza? ¿Respondo yo a las circunstancias y los retos de cada dia expresando mi gratitud por la grandeza y la misericordia de Dios? ¿Reflejan mis reacciones a mis circunstancias diarias la correcta vision de Dios? Una mujer de la palabra: ¿Amo yo la Palabra de Dios? ¿La leo, memorizo, medito y la comparto con otros? ¿Aplico yo la Palabra de Dios a mis situaciones de CADA día de la vida real? Una mujer reflexiva: ¿Tomo tiempo para recordar lo que Dios ha hecho y para meditar en lo que Él ESTA haciendo en mi vida y mis circunstancias?

Una mujer humilde: ¿Estoy contenta con servir a Dios sin reconocimientos o aprecio humano? ¿Es mi meta que Él crezca y que yo mengue? ¿Estaría dispuesta a hacer lo que hago sin que nadie lo vea, aplauda o me lo agradezca? Una mujer que confía: ¿Confío yo que Dios va a llevar a cabo Sus propósitos en mi vida y en la vida de los que amo? ¿Existe algún área de mi vida en la que estoy tratando de hacer las cosas por mi esfuerzo en vez de confiar que Dios hará lo que necesita ser hecho?

Una mujer sumisa: ¿Confío yo en que Dios me guía a través de las autoridades que Él ha puesto en mi vida? ¿Les hago yo el TRABAJO fácil a mis autoridades de guiarme, o soy yo resistente y obstinada? Una mujer influyente: ¿Llama mi vida la atención lejos mi misma y HACIA Jesús? ¿Cómo está influenciando mi vida a otros a amar, adorar y obedecer al Señor? Una mujer de oración: ¿Soy yo una mujer de oración? ¿Me uno frecuentemente con otros creyentes para orar por un avivamiento de la iglesia y por la evangelización del mundo? Una mujer devota: ¿Soy yo una fiel seguidora del Señor Jesucristo—en los buenos tiempos y en los malos? ¿Estoy comprometida en seguirle a Él aun cuando sea costoso o cuando otros fallen? Una mujer amada: ¿Estoy yo dejando que Jesús me ame, cuide de mi y satisfaga mis necesidades? ¿Estoy recibiendo la provisión que Él tiene para llenar mis necesidades? Una mujer herida: ¿Estoy dispuesta a sufrir para que la vida redentora de Cristo sea experimentada por otros? ¿He confiado en Cristo COMO mi salvador, reconociendo que las heridas que Él sufrió en la cruz del calvario fueron por mis pecados y para mi salvación?

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